Desarrollo en Covid19: crecer hacia afuera o hacia adentro?

Desarrollo en Covid19: crecer hacia afuera o hacia adentro?

Desarrollo en Covid19: crecer hacia afuera o hacia adentro?

Si en estos primeros días de alto impacto en el cambio sobre la manera de llevar adelante la gestión de tareas, personas, equipos y la vida privada, tenés percepción de abrumamiento, ansiedad, pérdida de memoria a corto plazo, dificultad para la toma de decisiones, etc., tal vez esto ayude a comprender los “por qué” y construir un “para que”.

En situaciones de cambio abrupto o crisis, el primer estadío del ciclo emocional es la negación, hoy en muchos casos se manifiesta de manera maníaca pretendiendo que nada altere nuestros ritos laborales o sociales intentando replicarlos desde lo virtual.

Ante esto, aparece entonces la necesidad ansiógena por “optimizar el tiempo”, “ser productivos” y entre otras cosas, buscamos incorporar aplicaciones y gestores de tareas en un mar de oferta “Premium y free” pero con el vacío de conocimiento y más aún del hábito para obtener el mejor resultado y lograr la eficiencia sobre el recurso.

De esta manera se contraponen en nuestro interior dos fuerzas asociadas a nuestro instinto de supervivencia: sostener lo conocido por un lado y adaptarnos por el otro. La dificultad se potencia al sumar lo imprevisible y el desconocimiento, un resultado posible a esta tensión es atravesar momentos de hiperactividad, signados por la ansiedad. El impacto emocional: abrumamiento, sensación de impotencia y angustia.

Quizás lo mejor que nos puede ocurrir en este contexto es aceptar que esta patada en el trasero que nos da la realidad, debe empujarnos hacia adelante como sociedad y esta responsabilidad recae en cada uno de nosotros, es un reto difícil, desconcertante y a la vez posible.

El desarrollo personal y social en cualquier situación, requiere salir de los hábitos automatizados para ingresar conscientemente a la gestión de lo que nos moviliza o nos aflige, es decir, hacernos presentes en nuestros hábitos, desarticularlos e identificar deseos genuinos, ya sea para satisfacerlos (descanso, relaciones sociales, aprendizaje) o para elevarlos a un plano evolutivo superior (soltar la autoexigencia en el proceso de adaptación o la necesidad de “seguridad” vivida incluso como compulsión de abastecimiento, que va desde alcohol en gel a los cursos online, reuniones y webinars), esto puede permitirnos supeditar estos deseos al bien común en nuestra mejor versión como personas hacia nosotros y el entorno.

Para esto, el mayor desafío se ancla en ampliar la percepción de nuestra realidad, frenar para observar nuestras incomodidades y vacíos para afrontarlos y reconocernos en nuestra condición más honesta, que es ser caminantes incompletos de respuestas, esas que sostienen nuestra fantasía de seguridad absoluta, tanto como sabernos plenos de cualidades que nos permiten sortear con integridad cualquier situación que el camino presente.

La curiosidad es el combustible que mueve la pasión, pasar por estos momentos de aislamiento con un espíritu introspectivo para explorar en nosotros lo que nuestra esencia demanda, puede impulsarnos a salir de este evento con nuevas fortalezas, nuevas decisiones y tal vez, nuevos caminos a recorrer.